La diseñadora española Isolina Mallon e Iconno firman el interiorismo de este espectacular ático con vistas a la bahía de San Francisco, un proyecto minimalista en el que convergen sinergias entre la arquitectura, el arte y el diseño.}
El icono que tiene ante sí el ático que hoy visitamos es un referente sin igual en la historia de la ingeniería, el puente Golden Gate que cruza la bahía de San Francisco. Toda una maravilla que no aminoró las expectativas volcadas –y más que superadas– en la reforma de este pied à terre de los años sesenta como un retiro de fin de semana minimalista y vanguardista.
Los propietarios, una pareja amante del arte y del diseño de vanguardia, confiaron el interiorismo a Isolina Mallon y a Iconno. La interiorista española, con estudio en la bahía de San Francisco desde 2012, infundió su estilo moderno a la arquitectura contemporánea del inmueble y ajustó el diseño y los colores de los muebles y accesorios a la colección de arte que iba a vestir las paredes de la vivienda.
La ubicación del ático en lo alto de la cima de Pacific Heights demandaba unas soluciones arquitectónicas y de interiorismo que permitieran la máxima sinergia entre el interior y el exterior. Un diálogo in & out que se traduce en la distribución del espacio principal (salón, comedor, cocina, biblioteca y despacho) en dos alturas y en la instalación de un enorme ventanal con vistas a la bahía que llena de luz natural toda la casa.
Arquitectura minimalista de fondo blanco, luz natural a raudales, obras pictóricas en prácticamente cada estancia y mobiliario de diseño con formas y tonalidades a juego dotan a este hogar de un carácter único. Compruébalo en este paseo por la vivienda.
Salón a dos alturas
La sensación de amplitud invade todo el salón, y por extensión el resto de ambientes que conectan a él, gracias a su apertura a doble altura y al amplio ventanal de dos pisos. Una gran pintura colorista de Micha Tauber preside la estancia. Junto a ella, luces colgantes de inspiración escultórica diseñadas por Arik Levy para Vibia. El sofá Soft Dream diseñado por Antonio Citterio para Flexform aporta confort y permite disfrutar de las vistas panorámicas. La mesa de centro, obra de la diseñadora francesa Charlotte Perriand, suma calidez a la estancia. La alfombra es un diseño a medida de Isolina Mallon.
Comedor vanguardista
El mobiliario a base de tonos neutros y líneas geométricas del comedor crea un espacio moderno que no resta protagonismo a la vigorosa pintura de Micha Tauber que viste la estancia. La lámpara suspendida es un modelo de la firma italiana Nemo Lighting. La mesa, de Rimadesio, también es de manufactura italiana. Por su parte, las sillas son las icónicas Hola diseñadas por Hannes Wettsein para Cassina.
Rincón de lectura armónico
Dos sillones ergonómicos y reclinables de Toshiyuki Kita para Cassina presiden el rincón de lectura que se abre tras el salón. Son la nota colorista de una zona a base de tonalidades neutras.
Dormitorio principal, sereno y vigoroso
Situado en la planta superior, el dormitorio principal reúne propuestas de diseño de primera calidad. La cama, el modelo Lifesteel de Citterio para Flexform, de estética esencial y ligera, marca una inflexión cromática entre el tono pavo real del papel mural y el juego de verdes y azules de la alfombra. Unas cortinas opacas aportan intimidad a la estancia por la noche.
Baño de inspiración italiana
El baño principal presenta una pintura metalizada en azul oscuro. Su composición de pigmentos metálicos reproduce el efecto tradicional de un tapiz de terciopelo.
Baño secundario en rojo
Igual de intensa y saturada es la pintura, en este caso roja, de las paredes del segundo baño, distribuido en dos ambientes. Aquí también, como en la pared del cabezal del dormitorio, se ha añadido un papel pintado de motivos abstractos de Wall & decò.
FUENTE: INTERIORES